Existe buena evidencia de que las pruebas de detección del tabaquismo y las intervenciones breves para dejar de fumar (incluido el asesoramiento y/o la farmacoterapia) tienen éxito en ayudar a los consumidores a dejar el tabaco. Los consumidores de tabaco que pueden dejar de consumir tabaco reducen su riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, pulmonares y accidentes cerebrovasculares.

“La obesidad es una enfermedad crónica y multifactorial con causas y consecuencias psicológicas, ambientales (sociales y culturales), genéticas, fisiológicas, metabólicas y conductuales complejas. La prevalencia de personas con sobrepeso y obesidad está aumentando en todo el mundo a un ritmo alarmante, tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados. Los cambios ambientales y de comportamiento provocados por el desarrollo económico, la modernización y la urbanización se han relacionado con el aumento de la obesidad mundial. Las consecuencias para la salud son cada vez más evidentes (1)”. 

Más de un tercio de los adultos estadounidenses tienen un índice de masa corporal [IMC] >= 30 kg/m2 y tienen un mayor riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares (ECV) y apnea obstructiva del sueño (2;3;4). Hales informó que la prevalencia de la obesidad entre adultos y jóvenes en los Estados Unidos fue del 39,8 por ciento y del 18,5 por ciento respectivamente, entre 2015 y 2016. Además, la prevalencia de la obesidad en adultos aumentó al 42,4 % en 2018, con el porcentaje más alto entre los adultos de 40 a 59 años en comparación con otros grupos de edad (5). Hales también desglosó los datos según raza/etnia y señaló que la prevalencia de la obesidad era mayor entre los adultos negros no hispanos y los adultos hispanos en comparación con otras razas y etnias. La prevalencia de obesidad fue más baja entre hombres y mujeres asiáticos no hispanos. Entre los hombres, la prevalencia de la obesidad fue mayor entre los hombres hispanos, en comparación con los hombres negros no hispanos y los hombres blancos no hispanos. La prevalencia de la obesidad fue mayor entre los hombres hispanos en comparación con los hombres negros no hispanos. Entre las mujeres, la prevalencia entre las mujeres negras no hispanas fue del 56,9 por ciento, más alta que en todas las demás razas/etnias. En general, la prevalencia de la obesidad en los EE. UU. sigue siendo superior a la meta de Healthy People 2020 del 30,5 por ciento entre los adultos (6).

1. Fitch, A., Everling, L., Fox, C.,Goldberg, J., Heim, C., Johnson, K., …Webb, B. (2013, May). Prevention and

management of obesity for adults. Bloomington, MN: Institute for Clinical Systems Improvement.

2. Flegal, K. M., Carroll, M. D., Kit, B. K., & Ogden, C. L. (2012). Prevalence of obesity and trends in the

distribution of body mass index among U. S. adults, 1999-2010. JAMA, 307(5), 491-497. doi.10.1001/jama.2012.39

3. Ogden, C.L., Carroll, M.D., Fryar, C.D., Flegal, K.M. (2015). Prevalence of obesity among adults and youth:

United States, 2011–2014. NCHS data brief, no 219. Hyattsville, MD: National Center for Health Statistics. Retrieved from https://www.cdc.gov/nchs/data/databriefs/db219.pdf

4. Dong, Z., Xu, X., Wang, C., Cartledge, S., Maddison, R., & Mohammed Shariful Islam, S. (2020). Association of overweight and obesity with obstructive sleep apnoea: A systematic review and metaanalysis. Obesity Medicine, 17. doi: https://doi.org/10.1016/j.obmed.2020.100185

5. Hales, C. M., Carroll, M. D., Fryar, C. D., et al. (2017). Prevalence of obesity among adults and youth: United States, 2015-2016. NCHS Data Brief No. 288. Retrieved from https://www.cdc.gov/nchs/products/databriefs/db288.htm

6. Hales, C. M., Carroll, M. D., Fryar, C. D., & Ogden, C.L. (2020). Prevalence of Obesity and Severe Obesity Among Adults: United States, 2017-2018. NCHS Data Brief No. 360. Retrieved from https://www.cdc.gov/nchs/products/databriefs/db360.htm

Aproximadamente el 7% de los adultos y niños de Minnesota viven actualmente con asma. El asma es una enfermedad asociada a factores familiares, infecciosos, alergénicos, socioeconómicos, psicosociales y ambientales. No es curable pero si tratable. A pesar de las mejoras en el diagnóstico y el tratamiento, y de una mayor comprensión de la epidemiología, inmunología y biología de la enfermedad, la prevalencia del asma ha aumentado progresivamente en los últimos 15 años.

La diabetes es una enfermedad crónica caracterizada por niveles altos de azúcar en sangre debido a la incapacidad del cuerpo para producir o utilizar insulina. La Asociación Estadounidense de Diabetes recomienda un objetivo de A1c entre 7,0 % y 8,0 %, dependiendo de las características del paciente (p. ej., esperanza de vida, riesgo de niveles bajos de azúcar en sangre),1 pero más del 13 % de los adultos diagnosticados con diabetes tienen un A1c superior al 9,0 %.2 El control adecuado del nivel de azúcar en la sangre puede prevenir problemas de salud graves, incluidas enfermedades cardíacas, pérdida de la visión y enfermedades renales.

3 Con el apoyo de los proveedores de atención médica, los pacientes pueden controlar su nivel de azúcar en la sangre identificando las causas de un aumento o disminución del nivel de azúcar en la sangre, realizando un seguimiento de la actividad física, comer en horarios regulares y controlar las porciones de alimentos. Controlar y controlar el azúcar en sangre es esencial para reducir el riesgo de complicaciones y prolongar la vida.

1. Comité de Práctica Profesional de la Asociación Estadounidense de Diabetes. 2024. “6. Metas glucémicas e hipoglucemia: estándares de atención en diabetes—2024”. Diabetes Care 2024 47 (Suplemento 1): S111–S125.

2. Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). 2023. “Informe de estadísticas nacionales de diabetes”. https://www.cdc.gov/diabetes/data/statistics-report/index.html

3. Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). 2021. Controle el azúcar en sangre. https://www.cdc.gov/diabetes/managing/manage-blood-sugar.html

Controlar la presión arterial alta es un paso importante para prevenir ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y enfermedades renales, y para reducir el riesgo de desarrollar otras afecciones graves.3 Los proveedores y planes de atención médica pueden ayudar a las personas a controlar su presión arterial alta prescribiéndoles medicamentos y fomentando la presión arterial baja. dietas con sodio, aumento de la actividad física y dejar de fumar.

3. James, PA, S. Oparil, B.L. Carter, W.C. Cushman, C. Dennison-Himmelfarb, et al. 2014. “Directriz basada en evidencia para el manejo de la presión arterial alta en adultos: Informe de los miembros del panel designados para el Octavo Comité Nacional Conjunto (JNC8)”. JAMA 311(5):507–20. doi:10.1001/jama.2013.284427

La depresión es una enfermedad médica grave asociada con tasas más altas de enfermedades crónicas, una mayor utilización de la atención médica y funcionamiento deteriorado [1]. Los resultados de una encuesta estadounidense de 2016 indicaron que el 12,8 por ciento de los adolescentes (3,1 millones adolescentes) tuvieron un episodio depresivo mayor (MDE) en el último año, y el nueve por ciento de los adolescentes (2,2 millones adolescentes) que tienen un MDE con deterioro grave [2].

1. Pratt, L. A., & Brody, D. J. (2014). Depression in the U.S. household population, 2009-2012. NCHS Data Brief No.

172. Hyattsville, MD: U.S. Department of Health and Human Services, Centers for Disease Control and Prevention, National Center for Health Statistics. Retrieved from https://www.cdc.gov/nchs/data/databriefs/db172.pdf

2. Substance Abuse and Mental Health Services Administration. (2017). Key substance use and mental health indicators in the United States: Results from the 2016 National Survey on Drug Use and Health. Rockville, MD: Center for Behavioral Health Statistics and Quality, Substance Abuse and Mental Health Services Administration.